Pamplona (cooficialmente
en euskera Iruña, es
un municipio y ciudad española, capital
de Comunidad Foral de Navarra. Ubicada en el norte de la península ibérica, en el centro de la cuenca de Pamplona.
La ciudad se
sitúa sobre el primitivo poblado vascón, de nombre Iruña, asentado en la
Edad del Hierro para su defensa. En el año 75 a.C. llegaría el general romano
Pompeyo, quien se dirigía a la guerra contra Sertorio. El primitivo
asentamiento militar dio lugar a la ciudad romana de Pompaelo, como era
reconocida en época romana.
En el siglo
V, la pequeña Iruña estuvo bajo dominio de los visigodos, que lograron incluso
establecer un obispado.
En el
711, fueron los musulmanes quienes invadieron la ciudad, asentándose en ella.
En el 778, Carlomagno arrasó las murallas de Pamplona, hecho que dio lugar a
la Batalla
de Roncesvalles, que ha sido interpretada como germen del pequeño Reino de
Pamplona. Su primer rey fue Íñigo
Arista.
Ya en época
medieval, la ciudad creció dividida en tres poblaciones distintas, amuralladas
y muchas veces enfrentadas entre sí.
Los antiguos
núcleos originarios, vascones y romanos, formaron la ciudad de la Navarrería.
Sus habitantes, eran navarros, se dedicaban principalmente a labores agrícolas.
El idioma común era el euskera, única lengua pre indoeuropea aún viva en
Europa.
Posteriormente,
al amparo del Camino de Santiago, numerosos ciudadanos francos fueron llegando
a Pamplona atraídos por las ventajas que los reyes navarros ofrecían en el
marco de una política repobladora. Fue así como nació el burgo de San Cernin o
San Saturnino. Estos nuevos habitantes eran en su mayoría artesanos y
comerciantes, y su lengua común era la occitana.
Por último,
navarros venidos de otras poblaciones y otros extranjeros formaron un tercer
núcleo poblacional, el de San Nicolás. Al igual que en la Navarrería, su
población se dedicaba tanto al campo como a oficios gremiales.
Cada una de
estas tres ciudades estaba completamente amurallada y separada de sus vecinos
por sus correspondientes fosos o barrancos. Sus iglesias eran sus bastiones
defensivos.
En 1276, en
la Guerra de la Navarrería, las poblaciones de San Nicolás y San Cernin unieron
fuerzas contra la Navarrería, que quedó completamente arrasada. No llegó la paz
definitiva hasta el 8 de septiembre de 1423 cuando el rey Carlos III el Noble
promulgó el Privilegio de la Unión: los tres núcleos se integraron “en una sola
corporación, un concejo y una comunidad indivisible”. En tierra de nadie y
donde confluían las tres ciudades, se alzó la Jurería, hoy Casa Consistorial.
En el siglo
XVI, el Reino de Navarra resultaba una pieza apetecible para las vecinas
coronas de Castilla, Aragón y Francia. Comenzaba a gestarse además un conflicto
interno que llevaría a una guerra civil entre linajes navarros. Carlos III el
Noble había creado el título de Príncipe de Viana para su nieto, el futuro
Carlos IV, hijo de Blanca de Navarra y Juan II de Aragón. Sin embargo, este
último impidió que el Príncipe reinase tras la muerte de su madre.
A raíz de
este hecho, se crearon dos bandos: el de los agramonteses y el de los
beaumonteses. Juan II de Aragón contrajo segundas nupcias con Juana Enríquez,
de cuya unión nacería Fernando el Católico. Cuando, años después, se aliara
Fernando con la corona inglesa oponiéndose a la francesa, los reyes navarros
optarían, en cambio, por el bando francés. En este contexto, Fernando el
Católico envió a sus tropas en 1512, con el Duque de Alba a la cabeza. Los
últimos reyes navarros, Juan de Albret y Catalina de Foix abandonaron sus
territorios para trasladar la Corte a sus dominios del otro lado de los
Pirineos, y desde allí tratar de recuperar el reino. Tras varios intentos, la
batalla decisiva tuvo lugar en junio de 1521 en Noáin, cayendo los navarros
derrotados. Su situación estratégica respecto a Francia hizo que se pusiera un
gran empeño en fortificar la ciudad convenientemente, con las murallas renacentistas
y la ciudadela.
El Siglo de
las Luces supuso la edad de oro de la ciudad. Con la Ilustración y la aparición
de conceptos como el bienestar del ciudadano.
El siglo XIX
se caracterizó por sus guerras: la de la Independencia (1808-1814), la Realista
(1822-1823) y las Carlistas (1833-1840, 1872-1876). En 1841 Navarra dejaba de
ser un reino.
En este
siglo conoció la ciudad un gran aumento demográfico.
Su patrimonio histórico y monumental, así como diversas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, la convierten en una ciudad que alberga cantidad de turismo nacional e internacional. Destacan los Sanfermines, de fama internacional, que llenan sus calles de miles de forasteros, venidos de todas las partes del mundo. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del ayuntamiento a las doce del mediodía del 6 de julio, y terminan a las doce de la noche del 14 de julio con el Pobre de mí, una canción de despedida.
Su fama
mundial es un fenómeno reciente, vinculado también a la difusión que les dio,
el Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, con su novela Fiesta.
Sus
originales encierros, parten de los corralillos de la cuesta de Santo Domingo,
donde duermen los morlacos, que posteriormente serán lidiados.
A pocos
metros se encuentra la hornacina con la imagen de Santo, donde
se hace una parada para pedirle con sus rogativas levantando sus periódicos
enrollados y en silencio, se escucha la siguiente letra: «A San
Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su
bendición. En vasco, Entzun arren San Fermin zu zaitugu
patroi zuzendu gure oinak entzierro hontan otoi». Al terminar se corean
los gritos ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Esta estrofa
se canta en tres ocasiones consecutivas: cuando faltan cinco minutos para las 8
de la mañana, a tres minutos de esta hora y a un minuto de abrirse la puerta
del corral.
El
siguiente punto es la Plaza Consistorial, en la que se
encuentra el Ayuntamiento, la calle que llega hasta la curva de
Mercaderes que tantas escenas de angustia provoca cuando los toros
resbalan.
Luego viene
la mítica calle Estafeta, que mantiene el ambiente todo el año
gracias a la gran oferta de bares y comercios de toda la vida. Y al final,
el peligroso callejón, en el que a veces se amontonan los mozos
antes de la entrada a la Plaza de toros.
Como
curiosidad, la ampliación del coso fue diseñada en la década de los 60 por
el Premio Pritzker de arquitectura de1996, Rafael Moneo.
Comenzamos
nuestro paseo por
Pamplona deambulando por el Paseo de Sarasate, situado extramuros,
siguiendo la línea que antiguamente ocupaba la muralla de Pamplona. Antiguamente llamado
Paseo de Valencia, nombre cambiado en 1908 tras la muerte del violinista
pamplonés Pablo Sarasate. En este lugar se emplaza un monumental edificio
neoclásico que actualmente es sede del Gobierno de Navarra.
Frente a él
se puede ver el Monumento a los Fueros, símbolo de las libertades de
Navarra, tras la rebelión popular conocida como la Gamazada.
En un
lateral del Paseo de Sarasate está la Iglesia de San Nicolás, antiguo santuario del
burgo medieval de San Nicolás, a la que más adelante volveremos, así como
a las murallas de pamplona.
Cerca de este paseo, cerrando uno de los lados del Palacio de Navarra, penetramos en la emblemática plaza del castillo, dominada por un quiosco de música, convertido en un símbolo de la ciudad.
En ella se encuentra también el edificio del Casino Principal, cuya planta baja está ocupada por el emblemático Café Iruña, fundado en el año 1888.
Es probablemente el local de restauración más famoso de Pamplona, ganando renombre mundial tras la visita de Ernest Hemingway.
La Plaza del Castillo es la más emblemática y visitada de Pamplona, durante siglos ha sido centro social y cultural. No en vano es llamada popularmente “el cuarto de estar de los pamploneses”. El espacio que podemos ver se configuró entre los siglos XVI y XVIII, siendo la mayoría de los edificios de este último siglo.
Con esta
referencia nos dirigimos a los lugares más emblemáticos de los, sanfermines,
comenzando por la plaza del ayuntamiento donde se marca el comienzo de los
festejos. La ubicación del edificio se dispuso en 1423, en un lugar
equidistante de los tres burgos medievales de la ciudad, en tierra de nadie,
se alzó la Jurería, hoy Casa Consistorial,
por disposición Carlos III de Navarra.
Su origen se
remonta a 1423. El actual edificio se construyó entre 1753 y 1759 tras derivar el
primer edificio en 1752. En su fachada se mezclan el barroco tardío y
el estilo neoclásico, aunque el resto del edificio data del siglo XX. El actual
edificio, únicamente conserva la espectacular fachada barroca, dividida
en tres pisos.
En la planta baja se encuentra la portada flanqueada por dos esculturas alegóricas barrocas.
Representan la prudencia, que sujeta en la mano un espejo y una serpiente,...
...y la justicia, que
sostiene, una balanza y la espada.
Las otras
dos plantas están ocupadas por balconadas, ambas acogen a las principales
autoridades de Pamplona y Navarra cada 6 de julio a las 12:00 horas para lanzar el chupinazo
que da inicio a las Fiestas de San Fermín. Justo encima está el frontón con el reloj de la ciudad.
Remata el
conjunto la escultura de
La Fama,
tocando una trompeta. flanqueada por los escudos heráldicos de Pamplona y
Navarra, y en las esquinas sendas representaciones de Hércules con sus mazas al
hombro
La ruta
continúa hasta completar el encierro en el paseo de Hemingway donde se ubica la
actual plaza de toros.
Desde la plaza del ayuntamiento, torcemos a la calle mercaderes, recorriendo los lugares más legendarios del recorrido en los encierros, hasta la esquina con la mítica curva de la calle estafeta, donde se ubicaba hasta ahora la conocida farmacia de los hermanos Ondarra.
En el
recorrido encontramos un panel que indica los días, minutos y segundos, que
indican lo que falta para los siguientes festejos.
En sus
calles se muestran los símbolos de la represión, con
la colocar placas doradas en el suelo que llamen la atención de los viandantes
en puntos donde vivieron víctimas de la represión franquista. En ellas figura
el nombre de las personas afectadas, su año de nacimiento, la fecha de su
desaparición y su destino final.
Su patrimonio histórico y monumental, así como diversas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, la convierten en una ciudad que alberga cantidad de turismo nacional e internacional. Destacan los Sanfermines, de fama internacional, llenándose sus calles de miles de forasteros venidos de todas las partes del mundo. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del ayuntamiento a las doce del mediodía del 6 de julio, y terminan a las doce de la noche del 14 de julio con el Pobre de mí, una canción de despedida.
Su fama mundial es un fenómeno reciente,
vinculado también a la difusión que les dio Ernest
Hemingway con su novela Fiesta, al que la ciudad brinda diversos recuerdos.
Sus originales
encierros, parten de los corralillos de la cuesta de Santo Domingo, donde
duermen los morlacos, que posteriormente serán lidiados.
A pocos metros se encuentra la hornacina con la imagen de Santo, donde se hace una parada para pedirle con sus rogativas levantando sus periódicos enrollados y en silencio, se escucha la siguiente letra: «A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. En vasco, Entzun arren San Fermin zu zaitugu patroi zuzendu gure oinak entzierro hontan otoi». Al terminar se corean los gritos ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Esta estrofa
se canta en tres ocasiones consecutivas: cuando faltan cinco minutos para las 8
de la mañana, a tres minutos de esta hora y a un minuto de abrirse la puerta
del corral.
El siguiente punto es la Plaza
Consistorial, en la que se encuentra el Ayuntamiento, la calle que
llega hasta la curva de Mercaderes que tantas escenas de
angustia provoca cuando los toros resbalan.
Luego viene
la mítica calle Estafeta, que mantiene el ambiente todo el año
gracias a la gran oferta de bares y comercios de toda la vida. Y al final,
el peligroso callejón, en el que a veces se amontonan los mozos
antes de la entrada a la Plaza de toros.
Seguimos recorriendo sus armoniosas calles, por lugares donde se rodaron películas como no tengas miedo y dejando a un lado los festejos de los sanfermines, nos metemos en los elementos que se conservan del origen de la ciudad. Pasando Para ello llegamos a Calle del Redín,
principal acceso al Rincón del Caballo Blanco desde el casco histórico de Pamplona
Situado sobre el Baluarte del Redín, el Rincón del Caballo Blanco es uno de los lugares más bellos que esconde Pamplona.
Frente a él se alza la Cruz del Mentidero, traída desde la calle Mercaderes, de la que solo queda la base y el fuste, es decir, esa pequeña columna que sobrevive delante del edificio dentro de su terreno, en realidad era una picota, un lugar de ajusticiamiento. Se construyó en 1500 para el lugar denominado “el Mentidero”
A los pies del Rincón del Caballo Blanco se extienden los restos de la muralla de Pamplona
Se extiende en el que antiguamente era el punto más seguro de la ciudad, protegido por el Baluarte del Redín.
Y visitamos las iglesias que dieron origen a la ciudad, con sus casas
señoriales, como el palacio de Ezpeleta, en la calle mayor.
El museo de Navarra está ubicado en el antiguo Hospital de Nuestra Señora
de la Misericordia, permite descubrir la historia y cultura de la Comunidad
Foral.
Una de las
piezas más importantes del conjunto catedralicio es el sepulcro de Carlos
III el Noble y Leonor
de Trastámara. Este
monumento funerario, está considerado como una obra maestra de la escultura
funeraria de principios del siglo xv.
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Imagen recogida de httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumb114Tomb_of_Charles_III_of_Navarre_and_Eleanor_of_Castile_03.jpg800px-Tomb_of_Charles_III_of_Navarre_and_Eleanor_of_Castile_03.jpg |
La
disposición actual es diferente a la original, debido a los traslados a los
diferentes emplazamientos que ha tenido el sepulcro
Los reyes están recostados sobre grandes cojines que aún mantienen parte de la policromía y dorados originales. Muestran una actitud serena, con los ojos abiertos, sus rasgos les representan en la plenitud de su vida,
El sepulcro fue realizado por Jehan Lome de Tournay entre 1413 y 1419, en vida del monarca, por lo que se puede asegurar que es un retrato fiel del mismo. No así de la reina que falleció en 1416, por lo que no se tiene la certeza de lo fidedigno del mismo. A pesar de ello, con el monarca vivo y también toda la gente que le había rodeado en vida, es de esperar que cuanto menos sea una aproximación realista a su imagen.
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Imagen recogida de httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumbffcTomb_of_Charles_III_of_Navarre_and_Eleanor_of_Castile_02.jpg1024px-Tomb_of_Charles_III_of_Navarre_and_Eleanor_of_Castile_02.jpg |
la iglesia de San Nicolás, la Ciudadela o la Cámara de Comptos, todos
ellos declarados Bien de Interés Cultural.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES
ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Pamplona
https://www.visitnavarra.es/es/pamplona
https://www.pamplona.es/turismo
http://www.pampiruna.com/historia%20de%20pamplona.htm
https://www.pamplona.es/turismo/pamplona-es-murallas/historia-de-pamplona